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Entrevista a Cristian Nanzer

Escrito el 29 julio 2010 por Miriam Guevara

Foto obtenida de Arquimentor.

Prosiguiendo con la cuarta entrega de las entrevistas realizadas por Espacio 24 a los arquitectos invitados a la I Maratón Latinoamericana de Arquitectura (2008) , en esta oportunidad tenemos la charla con el arquitecto argentino Cristian Nanzer.

¿Cómo se inició el estudio? ¿Cómo fue su primer contacto con la arquitectura?

Con mi esposa conformamos el estudio inmediatamente después de recibirnos, en el año 1993, para ese entonces los dos trabajábamos, siendo estudiantes, en distintas oficinas de arquitectura de Córdoba y seguimos haciéndolo una vez que egresamos, pero de todas formas nos dábamos el tiempo para desarrollar una modalidad de procedimientos común y una forma de entender e implicarnos en el proyecto y su posterior desarrollo en la obra.

También colaboró el hecho que nunca nos desligamos de la enseñanza universitaria, primero como auxiliares de cátedra hasta entrar como docentes en distintas materias, Mariela en COmunicaciones, una materia asociada a las morfologías y en Teoría y Métodos, yo en Arquitectura 5 y en Arquitectura 6, donde los alumnos desarrollan el trabajo final de carrera.

Yo empecé a estudiar arquitectura cuando tenía 17 años, pero fue casi una elección por descarte, en realidad me gustaba más la carrera de cine o diseño industrial, pero ahí estaba la arquitectura, como única posibilidad concreta en ese entonces en Córdoba, cercana a mis intereses. Creo que me atraía la amplitud de límites del trabajo del arquitecto y su clara superposición con otros campos del arte y del diseño.

¿Cuál es el proceso de diseño que sigue el estudio al momento de proyectar? ¿Cómo se enfrentan al encargo?

La arquitectura claramente es una disciplina definida por límites y censuras, de complejas condiciones pre-existentes, que imponen fronteras al campo de exploración de un proyecto, algunas son mensurables: empezando por la ley de gravedad y siguiendo por factores económicos, de locación, de factibilidad técnica, de demandas funcionales y programáticas por parte del comitente, limitaciones legales impuestas por las ordenanzas urbanas, cronogramas a cumplir y un largo etcétera, y otras no mensurables que corresponden al orden simbólico, cultural o social con el que se involucra el proyecto.

Pero son justamente esos límites lo que dan sentido y dirección a la disciplina, siempre hay fronteras que se nos vuelven más porosas que otras e invitan a transgredirlas, subvertirlas o explorarlas. Adhiero a una definición del proyecto que leí de Vittorio Gregotti, este decía que “el proyecto consta en hacer del límite, ilimitadas posibilidades”, creo fervientemente que nuestra actividad trata de eso, el proyecto debe emerger del juego de tensiones que plantean los límites y del peso de las condiciones, llevando implícito supeditar lo complejo a una idea simple, sintética y armónica, por ende de marcada austeridad expresiva, que no reniegue de pretender lo absoluto pero paradójicamente saber que se funda en verdades provisorias.

Siempre el acto de proyectar conlleva la pulsión por la búsqueda de libertad en el presidio impuesto por el límite. De la relación pendular de estas dos entidades, surgirá el proyecto.

En la actualidad, siglo XXI, mundo globalizado, era del conocimiento, comunicaciones por el Internet, ¿cuáles son las nuevas discusiones en el campo de la arquitectura? ¿Cuál es el reto para el futuro? ¿Cómo se plasma ello en la enseñanza?

Tal vez el deber urgente de las universidades en general y nuestra disciplina en particular, es construir un conocimiento emancipador y progresista, que implique concebir modos y habitat más justos, más equitativos, más inclusivos y democráticos, y sobre todo, posibles de sostener en el tiempo, para lo cual deberemos dejar de lado muchos paradigmas y dogmas que han forjado nuestros saberes, y a los cuales solemos ser muy afectos.

Deberemos reinventar las formas de concebir nuestros modos operativos, abogar por conocimientos que colaboren a desarrollar instrumentos más eficientes para intervenir en entornos complejos. Estamos obligados, como colectivo que trabajamos en el plano de las ideas y el pensamiento, a dar estos debates y sobre todo apremia obtener resultados ejemplares que signifiquen saltos cualitativos.

Posiblemente el desafío, implique la invención de la ciudad, o sea, los modos territoriales de organización social, polítia y económica, que la ciudad históricamente materializa y representa. Para, de una vez, empezar a poner el conocimiento al servicio del hombre y en armonía con el planeta y no supeditarlo todo al espectáculo y mercancía.

¿Qué nuevos proyectos tienen en el estudio?

En el estuido tenemos varios proyectos de casas en las sierras de Córdoba, algunos en ejecución y otros todavía en el papel. Una en la ciudad y una ampliación de una pequeña casa de armas dentro de un viejo casco de estancia. También estoy trabajando para el rectorado de la Universidad Nacional de Cordoba, junto al Arq. Mariano Faraci y el Arq. Pedro Rapalo, donde estamos proyectando la ampliación del Museo de Antropología de la Universidad, que queda en el área central y un proyecto de remodelación del Pabelón Argentina, sede del rectorado de la Universidad, que reúne las distintas dependencias administrativas más dependencias de extensión cultural, audiotorios, una nueva plaza institucional, sala de exposiciones, nuevos ingresos, etc., ubicadoe en el campus de la U.N.C.

Finalmente, ¿qué es la arquitectura para el estudio?

La arquitectura, el proyecto, es un modo de pensar el mundo y una oportunidad para su transformación, asumiendo también los riesgos que eso implica.

*Cortesía de Espacio 24.

*Esta entrevista fue realizada en el 2008 como todas las de la I Maratón Latinoamericana de Arquitectura.

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