Entrevista realizada por el equipo de Espacio 24 con motivo de la II Maratón Latinoamericana de Arquitectura (Perú-Brasil)
¿Cuál es su primer contacto con la arquitectura? ¿Cómo es su inicio como arquitecto?
Tuve la suerte de que mi padre era constructor de Paul Linder, que hacía casi todos los colegios de Lima, y de Teodoro Cron, un gran arquitecto suizo. Mi primer contacto fue con Cron, un tipo brillante, rabioso, increible, joven, que hacía muy buena arquitectura, una arquitectura de la que hasta ahora quedan vestigios. él fue la influencia más grande que tuve.
Después en la universidad comienza la disyuntiva entre Le Corbusier, su forma, Wright, con sus maneras de hacer arquitectura, Mies y su simplicidad, por ahí nos movíamos nosotros; alguien intentó Gaudí, apareció Purchucho, muchos fueron influenciados por esta arquitectura nuestra.
Terminé en los años sesenta, viajé a Italia y me hice arquitecto italiano en la Facultad de Arquitectura de Roma. Trabajé un tiempo allí con un gran ingeniero, Ricardo Moranti, me encantó la experiencia que tuve con él. En Europa había una crisis espantosa, aproveché para ir a Finlandia, Dinamarca, y no sé por qué en la época que estuve en Italia, se casaban todos mis compañeros de universidad peruanos: Frederick Cooper, Antonio Graña, Emilio Soyer, todos ellos se iban a Europa de luna de miel, los recibía en mi casa, me contaban de sus proyectos y yo haciendo concursos amarrados, entonces dije: â¿Qué hago acá si todos mis amigos están llenos de trabajo y felices en el Perú?â Regresé a mi país y me asocié con José Bentín, ALfredo Montagne y Antonio Graña, ganamos un concurso, el Centro Cívico #2 de Huancayo, y así empezó, seguimos trabajando en arquitectura hasta aburrirme.
¿Qué es lo que más recuerda de su vida universitaria?
Una época maravillosa, empezamos 30 y temrinamos 29, pasamos 5 años juntos y no solamente en diseño en todos los cursos, sino que nos veíamos todo el tiempo, estábamos siempre juntos, íbamos al chifa con los profesores, nos reuníamos en los foros, era una vida muy comunitaria; cada entrega era una competencia.
Finalmente todos, quizás el 90% de mis compañeros, hacen arquitectura, buena arquitectura, no se han retirado a un Ministerio a hacer otra cosa, son arquitectos. Emilio Soyer, José Bentín, Antonio Graña, Frederick Cooper, Eugenio Nicolini, son una generación interesante, de que todos verdaderamente sentíamos interés por la arquitectura, yo no digo que después no hayan habido generaciones parecidas, pero esta generación fue especial, sigo siendo amigo de todos ellos, salvo Eugenio que falleció, hasta ahora me acuerdo de una maqueta que hizo para la Catedral de Santa Rosa, un proyecto que lo hizo en yeso, era una cosa maravillosa, parecía un Gaudí, una mezcla de Gaudí con Mendelsohn.
¿Cuándo funda el estudio?
Fundamos un estudio, trabajamos juntos, hicimos muchos concursos, ganamos un concurso importante, asociado con José Bentín y Alfredo Montagne, que fue el Hospital de Rehabilitación, con el cual nos gnamos una beca, sabíamos todo de rehabilitación, nos especializamos, nos volvimos unos genios, tanto de los problemas físicos y mentales, como de los pacientes, y cómo es que se resuelve la arquitectura para este tipo de usuarios, pero que al final no se construyó porque les habían regalado un hospital que más o menos se podía remodelar; hacer nuestro proyecto implicaba financiamiento, esa fue una de las primeras frustraciones arquitectónicas que tuve.
¿Cuándo llegan los proyectos? ¿Cuál es el sistema de trabajo? ¿Cómo enfrenta el proyecto?
Cuando llegan los proyectos, que por cierto, cada día llegan menos, lo hacemos igual que en la universidad, no tenemos mayores pretensiones, agarramos el proyecto, se estudia el terreno, la ubicación, el programa, no hay mayores especulaciones.
Antes era un poco más libre, ajora se someten a los bomberos, a la smunicipalidades, los reglamentos, antes también habían; si alguien transgredía un ducto o algo por razones de arquitectura, no pasa nada, si en este momento un arquitecto presenta el proyecto del Taj Mahal, la puerta no cumple con el reglamento, la evacuación no funciona y es rechazado; no tienen ninguna sensilibilidad, no les importa, las comisiones municipales se han vuelto ahora dictadores, presentar un proyecto y hacer que te lo aprueben demora demasiado, es horrible.
¿Cuál considera el proyecto que ha plasmado mejor su idea de arquitectura? ¿Qués es lo que más rescata del proyecto?
Creo que la Biblioteca Nacional del Perú me gustó mucho, se ganó un concurso que fue el último concurso público de arquitectos en el Perú, se compraron 120 bases y se presentaron 62 equipos, habían muchas maquetas, cuando entré al auditorio del colegio y vi que la nuestra estaba ahí, no podía creerlo. Fue un día muy emocionante, ganamos el concurso y después pasaron un montón de cosas, se comenzó, se quedó sin plata, no se quería hacer, finalmente, se hizo con él gobierno de Toledo.
Ese fue un proyecto muy bonito, trabajé con un equipo que funcionó muy bien y los constructores excelentes, la supervisión muy buena, fue un trabajo que salió bien, a pesar de que se demoró mucho tiempo, así pasa con la mayoría de bibliotecas porque no son ârentablesâ, un Ripley tiene que ser construido en 5 meses porque tienen que comenzar a ganar dinero, a vender cosas, tonterías, pero una biblioteca ¡qué importa!, esta se demoró 12 añitos en terminarla, que no son muchos para una biblioteca en realidad, y con un presupuesto absolutamente ridículo.
¿A qué otros proyectos le guarda cariño?
Al Museo de la Nación, que lo hicimos con una persona maravillosa que era el doctor Fernando Cabieses, me llamó para hacer el edificio, la transformación del Ministerio de Pesquería al Muse de la Nación, acepté encantado y estuvimos con el arquitecto Fernando Jara encerrados 9 meses, hicimos el proyecto con casi nada de presupuesto, fue un trabajo de transformación de lo que era un edificio. Es importante que cuando uno hace una intervención de, por ejemplo, un Monasterio, y lo conviertes en hotel, tienes que dar la posibilidad de que ese hotel regrese a Monasterio, es teórico, pero así es, debe verse la intervención, debe verse lo que has hecho.
¿Qué proyecto le hubiera gustado hacer y no hay podido aún?
Para el Banco Continental hubo un concurso en la época de Morales Bermudez, junto con Fernando Correa y Alfredo Montagne, nos asociamos a un pintor, Rafael Hastings, e hicimos un proyecto de pintor, fue una cosa muy interesante la forma en la que trabajamos ese proyecto, por ejemplo, hay que hacer una escalera porque tenemos que ir del primer piso al segundo piso, entonces decíamos â¿por qué una escalera?â ¡por qué tiene que ser una escalera, inventa algo!, todo fue así, hicimos todo un hueco, quizás inspirado en Moray de Cuzco, unas andenerías, era muy peruano.
El arquitecto Scherchen, jurado del concurso quería dar el primer premio a ese proyecto, pero el banco se asustó, iba a ser un edificio muy importante, pero que no pareciera un edificio ostentoso, sino que sea un edificio tranquilo, así que nos dieron el 3er puesto. Fue el proyecto más espectacular, ahora pienso que nos hubiera sido difícil hacerlo, era un proyecto de vanguardia, más que los proyectos que vemos ahora de Herzog & De Meuron, hubiera sido un proyecto adelantado en su tiempo 30 años. Ese me hubiera gustado hacerlo.
¿Con qué sistemas constructivos ha explorado?
En madera con Takahashi, coberturas, siempre me gustan laminadas y otros materiales no, lo normal, es que también es difícil, el ingeniero con el cual trabajas no colabora, él sabe que se pone el ladrillo, se pone la columna, se pone la losa y si tú en vez de losa le dices quiero una cosa de madera, él te va a preguntar cómo la empotras.
Con toda su experiencia como arquitecto ¿Cómo ve la arquitectura actual?
La arquitectura se ha desarrollado cualquier cantidad, los buenos arquitectos hacen cosas extraordinarias, a veces veo cosas que me parecen muy buenas, edificios y remodelaciones, intervenciones y las casas de playa, cada casa de playa es una joya, es una belleza, esas cosas que publican en los periódicos, en la revista, qué bien hecho, qué elegante, con lujo, con perfección, ves una revista suiza y son casitas que no son mejores que las casas de playa de Asia, son buenísimas, creo que hay una calidad arquitectónica juvenil increíble, muy buena y desgraciadamente, están limitadas a estos proyectos porque no hay un concurso, por ejemplo.
Finalmente, ¿cómo definiría la arquitectura?
Es una profesión como cualquier otra, hay que hacer lo mejor posible las cosas, lo más funcionales, en el caso nuestro, lo más económico, si puedes ahorrarte un ladrillo, ahórrate un ladrillo en vez de poner dos. Por ejemplo, el estadio de Beijin no sirve para nada, por las puras, eso no es estructura, no saben qué hacer con ese estadio, empieza al revés, en cambio aquí cuando más puedes ahorrar, cuanto más puedes quitar, es mejor para el cliente, entoncs es interesante, al revés.
Y a los estudiantes les diría que sean honrados, que participen del Colegio de Arquitectos para que se puedan insertar dentro de la arquitectura a través de los concursos porque sino se acaba la ampliación de la tía, el baño del primo, por ahí de pura leche una casita de playa de un amigo y después ya se acabó, porque para meterse a hacer un proyecto grande hay que asociarse, me encantaría trabajar con ustedes, toda la oficina, amaneciéndonos, toda una vida activa de arquitectura, como debe ser la arquitectura, pero no hay, tenemos que ir a la municipalidad para que nos aprueben el estudio de impacto ambiental que lo han rechazado porque los pajaritos chocan con esto, esta es la arquitectura de ahora. Pero yo quiero ser positivo, los mejores arquitectos que tienen ganas de hacer arquitectura la van a hacer, además la arquitectura no tiene que se una cosa de tamaño, un acuarto puede ser una genialidad.
julio 9th, 2013 at 15:42
buena entrevista, ya quiero ver loq ue sera el centro comercial el Hueco